Esa ilusión que cabía en una plaza

5 comentarios en “Esa ilusión que cabía en una plaza”

  1. Gracias Paki por la profundidad de tu planteamiento. Sólo una duda, ¿te refieres en concreto a mí, como autor del blog o a alguno de los amigos que han comentado más abajo? Si fuese lo primero, no tengo problemas en dejar el comentario donde está dado que siendo yo quien ostenta el poder en este foro de dar o quitar la palabra, me he tomado como norma dar libertad absoluta a todo aquel que quiera presentar una crítica, aunque ésta no venga siempre avalada por el respeto.

    Sin embargo, si los epitetos que indicas son para alguno de las personas que ha participado con sus comentarios, entonces sí retiraré el comentario, dado que en el ejercicio de ese poder que comentaba arriba sí tengo la responsabilidad de proteger y cuidar a aquellos usuarios que entran aquí y exponen con respeto sus ideas.

    Por último, y por la duda, si no despejas esta incógnita en 24 horas proceré a la retirada del comentario. No me arriesgo a que los usuarios que han participado con respeto se den por insultados.

    Gracias.

  2. Link con el discurso de Don Agustín el pasado jueves:

    http://www.editoriallucina.es/cms/agustin-garcia-calvo/archivos-orales/conferencias-recitales/agustin-garcia-calvo-en-la-puerta-del-sol.html

    Recordando cosas como:

    «Esto espero que lo entendáis también bien: sin mentira no se sostiene ninguna forma de Poder. La mentira es el hacer creer, la fe, y ése es el cimiento, el fundamento para cualquier estado. De manera que, si alguno de vosotros tiene la ilusión de acceder a una democracia mejor, pues le pediría que se fuera desengañando de ese camino. No es por ahí, no es por ahí, y si vuestro levantamiento llegara a alcanzar un carácter organizado, en definitiva semejante al de la propia administración del Estado, estaría ya con ello mismo perdido, no estaría haciendo más que repetir otra vez la misma historia con otros colores y perfeccionada justamente porque ha asimilado el levantamiento, porque ha asimilado la protesta, que es la manera en que a través de revoluciones siempre fracasadas los estados han venido avanzando; es lo que justamente les hace falta»

    O, más adelante:

    «os estoy desengañando de otra cosa, que es el Futuro, el Futuro: éste es el enemigo. Comprendéis bien que al rechazar vuestro levantamiento como intención de encontrar otro régimen mejor, estoy desengañándoos de el futuro [“¿qué propones?”]. El futuro es eso con que os engañan, a los viejos también, pero sobre todo a los más jóvenes, cada día: os dicen “tenéis mucho futuro” o “tenéis que haceros un futuro”, “cada uno tiene que hacerse su futuro” y eso es justamente, aunque no lo digan, una resignación a la muerte, a la muerte futura. El futuro es eso; por tanto el futuro es el que necesita el Capital; el dinero no es más que crédito, es decir, futuro, fe en el futuro; si no pudiera echar cuentas, ni habría Banca ni habría presupuestos estatales. El futuro es de ellos, es su arma. Por tanto nunca dejéis que os suene como algo bendito o beneficioso: debe sonaros justamente a muerte, que es lo que es el futuro.»

    Y para curiosear más:

    http://es.wikipedia.org/wiki/Agust%C3%ADn_Garc%C3%ADa_Calvo#Pensamiento_pol.C3.ADtico

  3. Me alegro de que algunas comisiones parezcan funcionar bien. Yo he estado en una asamblea de Universidad y era un desastre: la gente pedía el oro y el moro, pero ni dios llevaba un papel en las manos. Además me da miedo que la gente confunda hacer propuestas razonables y discutidas con enumerar todo lo que nos gustaría que cambiara y luego aplaudirnos los unos a los otros.

    Cada vez soy más de defender los primeros 3 puntos a muerte, me da miedo que diversificar las reclamaciones reste apoyos y fuerza.

    A ver si saco unas horas esta semana para ir a alguna asamblea más.

    1. Estoy de acuerdo contigo. Creo que estos movimientos cometen a menudo el error de pretender empezar de cero, incluso discutiendo si el sol debe salir por el este o si el mar debe ser azul. Sin embargo, la principal crítica que la sociedad veirte sobre esta gente es que se quejan sin aportar soluciones. Mi miedo es que esta crítica se convierta en una trampa para ellos mismos, y que en el deseo de contentar a mucha gente con propuestas concretas y certeras se caiga en una torre de babel de las ideas donde sea imposible sacar nada en claro.

      Hay quien piensa ya que el campamento debería haberse levantado dejando paso a nuevas acciones de presión y manifestaciones. Y hablo de gente que la semana pasada estaba apasionadamente comprometida con la causa. Me sigue pareciendo un poco injusto exigirles absolutamente nada todavía excepto coherencia. Y ésta creo que la mantienen intacta. Anoche habría sido muy fácil cantar consignas contra el PP. Muchos de los que estaban allí acabaron desolados tras conocer los resultados electorales. Sin embargo, hicieron como si aquello no les afectara y mantuvieron toda la noche la misma indiferencia de estos días hacia los partidos.

      Veamos cómo se desarrolla la semana, aunque también empiezo a pensar que reducir la demanda a cuatro puntos generales ayudaría a que mucha más gente se sumara a la causa.

Deja un comentario