Había escrito un análisis pausado, reflexivo y sin tacos. Lo prometo. Una mierda de paja mental que os pongo más abajo para el que quiera perder el tiempo leyéndola. Luego he visto el vídeo, me he puesto un cubata y he decidido perder las formas. Os pongo primero el vídeo. Prefiero que leáis el post con la misma mala hostia encima con la que yo lo he escrito.
El colofón de la verbena que se ha organizado en la Puerta del Sol lo ha puesto Pepe Blanco. «Eso, eso, ahora que estáis encabronados de verdad, reconducid toda esa mala leche y votad al PSOE». Eres un grande Pepiño. Es como si Bin Laden hubiera señalado a su mujer en plena incursión de los marines al grito de «fue ella, que no se os escape, chicos».
Lo mejor es que mientras Pepiño les enseñaba la marioneta para despistarlos, Rubalcaba les enviaba unas lecheras para repartir estopa. Hace falta tener muchos cojones para pedir el voto a un grupo de gente a la que ya tienes pensado de antemano inflar a hostias.
Y la policía no es menos culpable. Ya no vale lo de «me dieron la orden». ¿A ti no te decía tu madre aquello de que si Manolito se tira por un puente…? Si el Ejército egipcio pudo ignorar las órdenes de Mubarak y apoyar al pueblo, no entiendo que un ‘madero’ no pueda negarse a abrirle la cabeza a una adolescente tirada en el suelo.
Y luego está Willy Toledo. A la gente le sorprende que esté allí. A mí me parece de lo más normal. No me extrañaría que el gachó haya ido a tomar nombres para pasárselos luego al Ministerio del Interior. Yo creo que Willy Toledo estaba en una película haciendo de delator para la Stasi, al director se lo olvidó gritar «¡corten!» y él piensa que siguen rodando.
Estoy muy por la #acampadasol, todavía. Me explico. Me gustan sobre todo su ingenuidad, su espontaneidad y la ausencia de siglas y consignas. Pero me temo que este es un caramelo muy bien apretado en la mano de un niño. Y el problema es que estos hijos de puta sí que son capaces de quitarle un caramelo a un niño. Tengo ese miedo. Cuando suceda y asistamos a que el tal actor -o el tal ministro-, se ha hecho con todas las pancartas y se masturba él solo con orgullo delante de una cámara, simplemente torceré el morro y volveré a frustrarme como no lo hacía desde mis años de Universidad. En cualquier caso, estas horas de vigilia delante del 24 horas de TVE, de mi blog y del chorro en Twitter han sido un verdadero soplo de aire fresco. Y, quién sabe, tal vez despierten la borrasca que necesitamos.
Y ahora os pongo el post que había escrito en un principio.
El colofón de la verbena que se ha organizado en la Puerta del Sol lo ha puesto Pepe Blanco. «Eso, eso, ahora que estáis encabronados de verdad, reconducid toda esa mala leche y votad al PSOE». Eres un grande Pepiño. Es como si Bin Laden hubiera señalado a su mujer en plena incursión de los marines al grito de «fue ella, que no se os escape, chicos».
Me fascina eso precisamente de la #spanishrevolution. Que Willy Toledo, ese hombre, apareciera por allí y el 90% de los tuits le pidieran que por favor ahuecara el ala, no fueran a confundirles con él, es un síntoma de algo. Ahora hay que saber de qué. Antiguamente los poderes fácticos montaban estos saraos desde la sombra. Desde hace algún tiempo, el aburrimiento del personal había provocado que no fuera tan fácil incendiar a la gente, pasando a la estrategia de esperar a que los movimientos se produzcan de forma espontánea para después hacerlos propios con un buen trabajo de contaminación desde dentro. Vamos, lo del 13-M y el pásalo.
Sin embargo, lo de #acampadasol es diferente. Es una revolución sólo en la forma. Tiene un manifiesto, tiene una plaza que ya es un símbolo y tiene mucha gente. Pero no hay ideologías, ni contenidos, ni filósofos bizcos, ni claveles. Basta con poner algo en una pared, escribir museo en la puerta y cobrar tres euros de entrada para que se convierta en arte. Así Duschamp elevó a mito un urinario colgado del revés. Así es la #acampadasol. Puro dadaísmo revolucionario. Puro y simple gesto. Por eso es impredecible.
Supuestamente, la reacción natural en estos casos es contra el Gobierno. Sin embago, la acampada se ha establecido enfrente de la sede de la presidencia regional. Seguramente por el símbolo que constituye o quizá porque hay una media de siete bares por metro cuadrado. Lo que es seguro es que ya estaría sofocada de haberse organizado delante de Moncloa o frente al Ayuntamiento. Pero Esperanza, gracias a Dios, carece de fuerzas del orden bajo su mando. Y claro, ahora están PP y PSOE en plan «ponte bien y estate quieta», porque no saben si sumarse, si enfrentarse o si meter la cabeza en el culo y esperar a que deje de oler. Y en ese cuadro es donde aparece Pepiño de Hammelin y saca la flauta a pasear. Lo que pasa es que la flauta de Pepiño es como la de Bartolo. Con agujero solo.
Es una lástima no tener diez años menos para poder ir a la Puerta del So. Lo haría con la misma poca idea de por qué con la que iba entonces a estos saraos, pero con una forma física mucho más envidiable. A cambio, seguiré con esta mezcla de compasión por lo ingenuo del gesto y fascinación por lo auténtico, vigilando para que ningún listo -así se llame Willy-, o ningún ‘espabilao’ – así se apellide Toledo-, pretenda ponerle su jeta a esta bandera hecha con retales.
Yo también soy de los que piensan que cuando uno recibe el porrazo de un policía es porque esaba en el sitio equivocado, a la hora equivocada y haciendo algo que sabía que no debía hacer. Casi siempre. El problema es que en este país -a años luz de Egipto, para bien, por supuesto-, enviar antidisturbios a cualquier concentración con más de 100 personas se ha convertido en el recurso más habitual. Si yo fuera policía, dado que vivo en un país estable y democrático, me preguntaría por qué entonces me veo tan a menudo obligado a reprimir a los ciudadanos a través de la violencia. Yo respeto a un policía como ciudadano, primero, y como trabajador, después. No respeto a una persona que se pliega a las órdenes de una autoridad a menudo no cualificada para el cargo sin tan siquiera revisar las motivaciones éticas de esas órdenes. Igual que no respeto a un medio de comunicación público cuando miente. En Egipto el Ejército se negó a sofocar las manifestaciones (por supuesto, mucho más numerosas y trascendentes que la #acampada), me gustaría que alguna vez el jefe de una unidad antidisturbios le dijera a un Delegado del Gobierno, «esta gente esta pacíficamente acampada en una plaza. Habrá que desalojarlos, pero convenciéndoles, no mediante la violencia».
Un padre pega a un niño porque está a punto de cruzar la calle en rojo. Una acción que muchos tacharán de desproporcionada pero que genera inequívocamente la reacción de no volver a cruzar en rojo. Bien. Pero si el padre pega al niño por cruzar la calle en rojo, por no comer la sopa, por no hacer los deberes, por no querer bañarse, por romper el jarrón con la pelota, por mancharse la camiseta, por no saber leer, por pedir un helado, por querer ir a la piscina… el padre se convierte en ese tipo de «hijo de puta» del que hablaba antes. Ese que es capaz de quitarle el caramelo a un niño. Este es el problema en España. Que el padre, o sea el gobierno sofoca sus problemas a porrazos. Ayer tenía un problema y serio. Jóvenes mostrándose tan desencantados con la izquierda como con la derecha. Ese #nolesvotes que tanto les escuece a los ‘rojos’, porque los pone al lado de los otros en las mismas condiciones. No sé de qué se extrañan. Y el Gobierno, una vez más, se quitó el problema como de costumbre. A golpes.
En este asunto lo cierto es que mi postura varía dependiendo de como ande el viento, como una veleta.
Puedo entender, y entiendo, e incluso comprendo la postura de los manifestantes y suscribiría cada una de las reclamaciones que exponen acerca del sistema democrático en España. Pero no entiendo la negativa hacia una orden dada por un cuerpo de seguridad. Mas que democracia, ese acto, aun tratando de ser un baluarte del civismo y una alta moral democrática se convierte en una irresponsabilidad hacia todos esos valores .
Plantarte delante de un policía, como se ve en algunos vídeos, no utilizando consignas «políticas», si no recurriendo al famoso y consagrado «Hijo de Puta» o «Madero de Mierda» no da mas valor a la postura que se pretendía defender, para mi, tira por el suelo todo lo defendido anteriormente.
La policía culpable?? en serio puedes comparar un estado de corrupción policial , gubernamental, judicial e incluso asumida hasta , gracias a *** , hace apenas dos dias por el pueblo egipcio con el estado español?? No puedo poner al mismo nivel una revuelta que levanta literalmente un pais en contra de su gobierno iniciando una «revolucion» en medio Oriente con unos cuantos desalojados en Madrid, no creo que sea equitativo en ninguno de sus puntos. El principal es que en Egipto no se respetaban los derechos humanos y de momento, en lo que llevamos de democracia en España, aqui se cumplen siempre, y maravillosamente si tenemos un sistema judicial al que recurrir si se ven mermados nuestros legítimos derechos.
Y para mi el principal problema ha sido ese, se ha tratado de que la revuelta democrática que se pretende iniciar en España tenga el mismo calado o la misma importancia que las vividas en Oriente Medio estos meses anteriores. Y a todas luces eso es algo imposible, nos guste o no podemos votar cada cuatro años y elegir a nuestros representantes. Si estos lo hacen rematadamente mal, como así sucede actualmente, no necesitamos de ninguna acción subersiva para desalojarlos de sus poltronas, es a la sociedad en general hacia la que hay que mirar, es a ella a la que pedir responsabilidades por lo sucedido.
Es el nivel de aborregamiento lo que provoca que un político nefasto esté en un puesto de poder, por si mismo, por mas malo que parezca y sea no tiene el poder propio de perpetuarse «ad eternum» en el sillón, es la sociedad la que lo capacita para ello.
No se, como he dicho entiendo la postura de los manifestantes, pero desde pequeño siempre me enseñaron a respetar a la policía, por ello la postura lógica y coherente hubiera sido desalojar y presentar al día siguiente o en ese mismo momento la denuncia correspondiente utilizando uno de los cauces democráticos que tenemos. Hasta donde llego, lo cierto es muy poco, negarse a cumplir una orden dada por un cuerpo de seguridad del estado no ha sido nunca muy democrático.
Saludos pa tos