La secuencia es real.
Ayer, domingo, 21:05 horas, en casa de un amigo. El objetivo: plantarnos en un bar para ver el partido, Osasuna – Atlético de Madrid.
– Oye, que digo que nos metemos en marca.com, échamos un vistazo a ver cómo va la cosa, y si ya vamos palmando nos quedamos aquí jugando al FIFA 10, ¿no?-, con su play 3 y su plasma de 40 pulgadas.
– Pues hombre. Teniendo en cuenta que te llevo ganados tres partidos, y que en el juego el Kun es el Kun, Simao es Simao, y el único Abel que figura es un señor del equipo de programación en javascript y animaciones varias con la cosa del vector allá por la línea treinta y ocho de los créditos, pues vale.
Este arranque de raciocinio, voluntad de hierro y entereza moral, sólo es aplicable a cualquier ser humano que no sea del Atleti. La cosa sigue así unos cuantos mgb de bajada después:
– Joder… Minuto tres, Pandiani de cabeza-, silencio. Miradas. Dos giros de muñeca y repasito al Casio Gol: 21:08 h.
– Hombre, digo yo que…
Creo que estas fueron la primeras palabras de Napoléon en la mañana de Waterloo. Por ahí se pierden las guerras. Hora y media, siete cañas, ración de oreja y quesito de cabra después, Osasuna 3 – Atlético de Madrid 0.
A continuación un vídeo de los Simpson, resumen el espíritu atlético.
En la pregunta, ¿el FIFA 10 o el partidito del Atleti? El partidito… es la caja.